Formatear un documento no es más que efectuar los cambios necesarios para mejorar su apariencia. Las fuentes y estilos, el tamaño de las fuentes, el color, la sangría, la tabulación, el espaciado entre los párrafos y el interlineado, la alineación del texto, la numeración y las viñetas, son los elementos clave que finalmente dan personalidad al texto.
Como es habitual en este blog, en esta entrada recopilamos esos elementos básicos que definen el formato y que nos permitirán darle a nuestros textos ese aspecto profesional con el mínimo esfuerzo.
Antes de comenzar, haré mención al Portapapeles, a esa genialidad tan simple engendrada por Larry Tesler que siempre nos acompaña seleccionando, copiando (Ctrl+C), cortando (Ctrl+X) y pegando (Ctrl+V), en el transcurso de cualquier formato de texto.
Permite elegir el tamaño y el tipo de letra, poner el texto en negrilla, cursiva y subrayado, darle color a los textos, centrarlos, etc...
También disponemos de los Estilos de texto, que son formatos predefinidos que podemos aplicar a cualquier texto en el documento de forma rápida.
Para alinear el texto hacia la izquierda o hacia la derecha, centrarlo o justificarlo (alinearlo por ambos lados), disponemos de los siguientes iconos en la Barra de formato:
El espacio vertical entre las líneas de texto se llama Interlineado. Los más usados por estos lares son los siguientes:
- Sencillo
- 1,5 renglones
- Doble
El Espaciado entre párrafos también lo ubicamos en la imagen anterior: