viernes, 31 de enero de 2025

Taza Constitución de 1978

 

    Vilipendiar nuestra Constitución parece estar de moda, pero es sumamente triste cuando lo hacen aquellos que tan bien viven a su cuenta. No hay un estadista entre todos los que hoy han tomado el testigo para preservar su legado, son una suerte de mediocres que no les importa contar con los votos del averno para perpetuarse en el poder. 

    Malditos sean los que pretenden enterrar la única Constitución que nos ha permitido vivir en paz y prosperidad durante tantos años.

    Un poco de emoción en una taza no está nada mal.


 

 

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