Hace tiempo que no doy la "vara" a nadie. Estuve enfrascado leyendo un millón de Wikis para ir, poco a poco, ofreciendo soluciones a las vicisitudes que uno va encontrando en el desarrollo de una distribución Debian Jessie de 64 bit. Debian me empezó a interesar después de disfrutar de la estupenda maqueta de 32 bit Abalar Libre, englobada dentro del Proyecto Abalar. Abalar es un proyecto que constituye la estrategia para la integración plena de las TIC en la práctica educativa de Galicia, como una de las áreas de intervención de la Consellería de Educación e Ordenación Universiaria gallega. El Proyecto Abalar es una de las iniciativas más importantes llevadas a cabo en España para la integración de las nuevas tecnologías en la práctica educativa. La maqueta Abalar Libre de 32 bit, que podéis bajar desde este enlace, es una muestra inequívoca de la abnegación y compromiso de todos aquellos que trabajan en el desarrollo de este proyecto, en el que yo me encuentro. Si les interesa una distribución que incluya un monumental número de aplicaciones agrupadas por categorías, Internet, Ofimática, Multimedia, Juegos, Educación, etc., pueden pensar en Abalar Libre como una buena opción para cualquiera.
Uno de los quebraderos de cabeza con Debian es el sonido digital, y después de partirme la cabeza duramente logré una perspectiva para abordar el tema que puede inspirar a muchos. Después de instalar Debian Jessie peladito del todo, sin ni siquiera el control de volumen a mano, y pretendiendo disfrutar del sonido digital a través de unos bonitos, baratos y espectaculares altavoces USB que tengo, donde no sólo a través de este puerto recibe la alimentación, sino que a través del mismo va la señal digital que luego su tarjeta interna convierte en la señal analógica que excita los altavoces, instalé a través de Synaptic el control de volumen siguiente:
mate-media-pulse
Seguidamente en Menú de aplicaciones -> Configuración -> Sesión e inicio, en la pestaña "Autoarranque de aplicaciones", añadimos el Applet "mate-volume-control-applet" que encontramos en la carpeta /usr/bin/mate-volume-control-applet
Después de reiniciar aparece el icono de un altavoz en el "Área de notificación":
Seleccionando, usando el menú contextual (tecla derecha del ratón) encima del icono del altavoz, la opción "Preferencias de sonido", en la pestaña "Salida" elegimos "USB AUDIO Estéreo Analógico. Estéreo", y así ya disfrutamos en nuestros estupendos altavoces USB Digitales del sonido deseado.
USB AUDIO Estéreo Analógico:
¿Cuál es el problema?
Al apagar el PC nos encontramos que no queda guardada esta configuración por defecto, y cada vez que iniciamos nuestro PC descubrimos que no tiene sonido, teniendo que elegir manualmente esta opción para usar nuestros altavoces USB.
Para resolver esto abrimos un terminal (Inicio de aplicaciones -> Emulador de terminal), y tecleamos lo siguiente (No como root):
pacmd list-cards
Y en la información que nos ofrece podemos observar que el "sumidero de audio" (SINK) del USB de Audio es el 0 (#0).
Hay otros SINKS, pero a mí me interesa particularmente el anterior. Os los dejo aquí como detalle.
Ahora sí, abrimos de nuevo el emulador de terminal como root, es decir, tecleamos dentro del terminal lo siguiente:
su -
(contraseña la que sea)
Y así podemos abrir Thunar (gestor de archivos) con permisos administrativos para poder editar el archivo default.pa
thunar
Nos dirigimos a la carpeta /etc/pulse/
Abrimos con Mousepad (usando el menú contextual) el archivo "default.pa", y añadimos al final del archivo la línea set-default-sink 0 ; Guardar, reinciar et voilà.
Debian Jessie de 64 bit es extremdadmente rápido y estable, sorprendiéndome gratamente, recomendando este o cualquier otro sistema basado en él sin ninguna duda.
El conocimiento debe ser libre, y una forma de construir el conocimiento para todos es compartiendo la experiencia de cada uno derivada de la observación, de la vivencia de un suceso o de la participación colaborativa. Colaborar es construir el conocimiento colectivo desde la libertad, y todos debemos velar por ello para no incurrir en la torpeza de que alguien más "listo" que nosotros se adueñe de ello. Salud.
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