Supongo que algo bueno siempre es verdad. Al igual que la ballena de Jonás, me has tragado entero, has golpeado y estremecido mi alma, porque justo cuando pensaba en mis escasas posibilidades de encontrar la felicidad, justo cuando me ponía el abrigo y me disponía a marchar, entraste tú. Me haces feliz y me siento bien. Dios sabrá por qué.
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